El consumo de bebidas alcohólicas, y alimentos como el ajo, la cebolla o la alcachofa pueden generar halitosis.
El mal aliento siempre es una cosa incómoda, para nosotros y para los demás. Aunque la higiene dental es esencial para evitarlo, hay ciertos alimentos que, por sus propiedades, puedes desembocar en un mal aliento. Por ello, lo mejor es entender por qué se produce esto, y con qué alimentos debemos tener más cuidado.
El doctor Jonas Nunes, director médico del Instituto del Aliento, explica que hay una serie de compuestos presentes en la comida y que presentan olor, que después de ingeridos y absorbidos en el duodeno, son transportados y pueden ser liberados por la orina, por el sudor, o más comúnmente, por el aliento, lo que deriva en lo conocido como halitosis y comúnmente llamado mal aliento.
«El ajo y la cebolla son los dos casos más paradigmáticos de alimentos causantes de mal aliento, pero existen otros muchos alimentos que pueden predisponer a la aparición de halitosis: vegetales como la alcachofa, la col, la coliflor, el repollo o el brócoli son algunos de los más habituales», apunta el doctor. Esto ocurre, ya que hablamos de alimentos ricos en azufre. Asimismo, indica que las bebidas alcohólicas, a parte de su carácter perjudicial para la salud, también predisponen a la aparición de mal aliento. «La oxidación del etanol ocurre inicialmente en la boca y, después, se vuelve más predominante en el hígado, resultando en diversos compuestos del mal olor», explica el doctor Nunes, que también apunta que el alcohol es un agente deshidratante, por lo que contribuye a la aparición de un mal olor salival.
Los alimentos que ayudan a nuestro aliento
Por otro lado, hay ciertos alimentos que nos pueden ayudar a preservar un buen aliento. Esto puede ocurrir por dos razones: hay alimentos que potencian el efecto antimicrobiano, a través de la neutralización de compuestos de mal olor y también, otras comidas poseen sustancias con capacidad para reducir los compuestos del azufre.
Si hablamos del primer grupo, el doctor apunta que «algunos tés poseen antimicrobianos naturales con alguna capacidad de anular bacterias orales». Los más estudiados son el té verde y el ginseng rojo de Corea. En el caso de las comidas que pueden neutralizar compuestos de azufre, comenta el doctor que hablamos de alimentos como algunos tipos de champiñones, el té verde, algunas frutas crudas (la manzana, la ciruela, el kiwi, el caqui, el arándano), algunas hierbas como el perejil y la albahaca, y algunos vegetales como la lechuga, los espárragos, el ñame y la berenjena.
¿Cómo se si tengo mala aliento?
Muchas veces es complicado detectar nosotros mismos si tenemos mal aliento. Explica el doctor que existen métodos comunes y caseros, como por ejemplo lamer nuestra mano, o poner las manos sobre nuestra boca para oler nuestro aliento, pero que no son prácticas fiables. «Solo hay dos maneras eficientes de saber si tenemos mal aliento: preguntarle a otra persona, o hacer un estudio de los gases de nuestro aliento», dice Jonas Nunes. «Por ejemplo, ahora con las mascarillas, el olor de nuestro aliento se acumula, y podemos percibir que huele mal» añade el doctor y continúa: «Pero eso no significa que tengamos mal aliento. Este tiene que ser percibido por terceros: si no llega a su nariz, no lo tenemos».
Consejos para evitar el mal aliento
Por último, el doctor deja una lista de buenas prácticas para evitar el mal aliento:
– Comer cada cuatro horas: Los ayunos prolongados tienden a provocar halitosis. También la ausencia de masticación durante un periodo largo de tiempo (con la consecuente reducción de la producción salival) es un factor que contribuye a esta situación. «Un puñado de frutos secos basta para evitar hipoglucemias abruptas y estimular la renovación de la saliva», comenta el doctor.
– Evitar una dieta hiperproteica: Las dietas ricas en proteínas (como la Dukan) son las más susceptibles de provocar mal aliento por la elevada ingestión de aminoácidos, ya que estas moléculas son utilizadas por las bacterias para la producción de compuestos del mal olor. «Es mejor evitar una dieta basada únicamente en alimentos ricos en proteínas (y azufre), como la carne, el pescado, el pimiento rojo, ajo, cebolla, brócoli, coles de Bruselas, avena, semillas de trigo, lácteos y clara de huevo», dice Jonas Nunes.
– Consumir alimentos sólidos ricos en fibra: Los alimentos más ricos en fibra proporcionan una masticación más vigorosa y promueven la producción salival. «Es mejor optar por verduras de hoja (espinaca, lechuga), al igual que la zanahoria, espárragos, tomate, berenjena, y por las frutas en general (sobre todo con cáscara)», añade el profesional.
– Hidratarse continuamente y estimular la salivación: Los estados de deshidratación promueven la disminución de la producción de saliva, con el consiguiente estancamiento de los restos alimenticios en la boca y su posterior degradación por parte de las bacterias bucales. «Además del agua (imprescindible), bebe líquidos con ligero sabor ácido (como tés fríos de limón sin azúcar). Una buena opción para estimular la saliva y mejor que los chicles son las pastillas de ciruela umeboshi japonesa, ya que son imperceptibles y estimulan más y mejor la saliva», recomienda el doctor.
– Evitar las comidas de olor intenso: «Lo mejor es evitar los alimentos con un olor y gusto más intensos, tales como ajo, cebolla, leche, queso, huevos, condimentos y picantes, anchoas o embutidos. La toma frecuente de café predispone a los individuos a la aparición de halitosis por sus características deshidratantes de la saliva», concluye el experto.