Este riesgo es mayor en aquellas personas con pérdida de piezas dentales, según un estudio.
Las personas que tienen enfermedad periodontal (de las encías) pueden tener un mayor riesgo de desarrollar algunas formas de cáncer, según sugiere una carta publicada en la revista «Gut» que detalla un estudio prospectivo.
Investigadores estadounidenses descubrieron que un historial de enfermedad periodontal parecía estar asociado con un mayor riesgo de cáncer de esófago y cáncer gástrico (estómago) y este riesgo también era mayor entre las personas que habían perdido dientes previamente.
Dado que investigaciones anteriores sobre la relación de la enfermedad periodontal y la pérdida de dientes con el cáncer de esófago y gástrico habían sido inconsistentes, un equipo de investigadores de Harvard T.H. Chan School of Public Health, en Boston (EE.UU.), realizó un estudio de datos en pacientes durante décadas de seguimiento.
Examinaron la asociación de antecedentes de enfermedad periodontal y pérdida de dientes con el riesgo de cáncer esofágico y gástrico en 98.459 mujeres del Estudio de salud de las enfermeras (1992-2014) y 49.685 hombres del Estudio de seguimiento de profesionales de la salud (1988-2016) .
Las medidas dentales, la demografía, el estilo de vida y la dieta se evaluaron mediante cuestionarios de seguimiento y el diagnóstico de cáncer autoinformado se confirmó después de revisar los registros médicos. Los resultados mostraron que durante 22-28 años de seguimiento, hubo 199 casos de cáncer de esófago y 238 casos de cáncer gástrico.
Tener un historial de enfermedad periodontal se asoció con un 43% y un 52% más de riesgo de cáncer de esófago y cáncer gástrico, respectivamente. En comparación con las personas sin pérdida de dientes, los riesgos de cáncer de esófago y gástrico para quienes perdieron dos o más dientes también fueron moderadamente más altos: 42% y 33%, respectivamente.
Además, tener antecedentes de enfermedad periodontal, sin pérdida de dientes y con la pérdida de uno o más dientes, se asoció igualmente con un aumento del 59% en el riesgo de cáncer de esófago, en comparación con aquellos sin antecedentes de enfermedad periodontal y sin pérdida de dientes.
Los autores señalan entre las posibles razones a una asociación entre las bacterias orales (microbiota oral) y el cáncer esofágico y gástrico, con evidencia de otros estudios que sugieren que la tannerella forsitia y la porphyromonas gingivalis, miembros del «complejo rojo» de los patógenos periodontales, se asociaron con la presencia o riesgo de cáncer de esófago.
Otra posible razón es que la mala higiene bucal y la enfermedad periodontal podrían promover la formación de nitrosaminas endógenas que se sabe que causan cáncer gástrico a través de bacterias reductoras de nitrato.
Este fue un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto, y los investigadores no pueden descartar la posibilidad de que parte del riesgo observado pueda deberse a otros factores no medidos (factores de confusión).
«Juntos, estos datos respaldan la importancia del microbioma oral en el cáncer de esófago y gástrico. Se justifican estudios prospectivos adicionales que evalúen directamente el microbioma oral para identificar las bacterias orales específicas responsables de esta relación. Los hallazgos adicionales pueden servir para ayudar a identificar a las personas con alto riesgo de estos cánceres», concluyen los autores.