Cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, una fecha que busca recordarnos la importancia de cuidar nuestro bienestar físico y mental. Sin embargo, hay un aspecto que muchas veces se pasa por alto: la salud bucodental. Lo que ocurre en la boca no se queda solo en la boca. La ciencia ha demostrado que una buena salud oral está profundamente conectada con la salud general del cuerpo.
La boca es la puerta de entrada al organismo. Las bacterias que habitan ahí no se limitan a los dientes y encías. Si no se controlan adecuadamente, pueden entrar en el torrente sanguíneo y afectar a otros órganos. Las enfermedades periodontales, por ejemplo, están relacionadas con problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2, complicaciones en el embarazo e incluso enfermedades respiratorias.
Inflamación y enfermedades crónicas
Cuando hay inflamación crónica en las encías (como en la periodontitis), el cuerpo responde como si estuviera combatiendo una infección permanente. Este estado inflamatorio puede empeorar otras condiciones existentes, como la artritis reumatoide, y dificultar el control de enfermedades como la diabetes. La relación es bidireccional: una mala salud general también puede manifestarse en la boca, con síntomas como sequedad, infecciones o encías sangrantes.
Más allá del cepillado
Cuidar la salud bucodental no se reduce a cepillarse los dientes dos veces al día. También implica mantener una dieta equilibrada, evitar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y acudir al dentista regularmente. La prevención es clave, tanto para evitar caries como para reducir el riesgo de problemas sistémicos relacionados con las infecciones orales.
En el Día Mundial de la Salud es un buen momento para reflexionar sobre cómo tratamos nuestra salud en general. Integrar la salud bucodental como parte de nuestro cuidado diario no solo mejora la calidad de vida, también puede prevenir enfermedades graves. Si quieres mantener tu boca sana, ponte en contacto con nosotros y pide cita para revisar tu salud bucodental.